El domingo estabamos super contentos y felices, habiamos aumentado la familia gatuna. A la una del medio día entraba en casa "Mora" nuestra última adopción. El lunes a la misma hora nuestra querida "Cueta" salía de casa para no volver. Que difícil va a ser superar esto.
Mora pobrecita no tiene ninguna culpa, intentaremos que se adapte y por supuesto la vamos a querer igual que a todas. Aquí os ponemos su foto para que la conozcáis.
A Nina, Lis, Nena y Nenú las estamos mimando y acariciando mucho para intentar minimizar su dolor por la perdida de su hermanita. La mas afectada es Lis, solo está acurrucadita en los lugares que solía estar Cua, cuando la acaricio lame mi mano cosa que no había hecho nunca. Se me parte el corazón.
No puedo sacarme de la cabeza la última imagen, parecía que estaba dormidita, la besamos y la acariciamos por última vez. Supongo que no sufriria, la anestesiaron para la operación y ya no despertó.
El vacio que nos ha quedado será dificil de llenar, Cueta, mi Cueta, ahora estarás en el cielo de los animalitos, seguramente junto a Lita e Iris que se fueron antes de venir tu a casa.
La soliamos llamar Cueta. Mi Cueta siempre estarás en nuestro corazón.
Se me saltan las lágrimas al pensar lo que estáis pasando... Y no hay consuelo posible...
ResponderEliminarEspero que Lis se anime y entienda a su manera lo que ha pasado.
Mucho ánimo, Mora se ocupará de entreteneros, estoy segura :-)
Bueno, hace ya una semana y el consuelo aún no llega. Hoy Lis parece que ya está un poco mejor. En cuanto a Mora pobrecita tiene que adaptarse en un ambiente triste, pero estámos haciendo lo posible para que todo vaya bien. Parece buena pero está un poco asustada. Mañana la llevamos a esterilizar.
ResponderEliminarEn mi caso con mi perro por ejemplo, han pasado 8 años y en casa casi no podemos hablar de él.
ResponderEliminarNo soy buen consuelo en estos casos, pero es que pienso que cada persona es un mundo asumiendo las perdidas, pero que sobretodo tiene que pasar tiempo para que en casa haya un ambiente más feliz y que cada uno tiene que asumirlo a su manera.
Cada rincón pertenece a cada uno de nuestros bichillos, cada centímetro de casa tiene algo que contar de ellos, y es duro no tenerlos aquí...